Por: María del Socorro Tapia. Revista ILCE. 04/06/2025
Diferentes retos enfrentan 232 mil 966 escuelas de educación básica en México, toda vez que más de un millón de docentes y poco más de 24 millones de niñas, niños y jóvenes, se alistan para la entrada en vigor del modelo educativo de la Nueva Escuela Mexicana hacia el ciclo escolar 2023-2024. Con una mirada pedagógica freiriana, que promueve la conexión -articulación- curricular de los saberes y el conocimiento científico, con la vida cotidiana de la comunidad o entorno local; se revitalizan los procesos por los cuales el docente debe desarrollar su enseñanza como quehacer social; y el aprendizaje como experiencia de vida, por parte de las y los alumnos.
Bajo esta nueva perspectiva de la educación, en donde el enfoque de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC’s), prioriza la formación del ser humano y su compromiso con el bienestar de la comunidad-sociedad; las escuelas y sus docentes, ¿cómo van a formar a las y los alumnos para incursionar en la naciente era de la Inteligencia Artificial? Una respuesta inmediata debe considerar, un enfoque didáctico que propicie aprendizajes contextualizados en entornos mediados por tecnologías, cuyo propósito sea fortalecer la creatividad y la innovación. Mediante una revisión analítica del Marco curricular del Plan de Estudio 2022, es posible vislumbrar, que, además de la teoría y la práctica, el perfil docente debe ir más allá del conocimiento de las TIC’s, y su expertise de uso dentro y fuera del aula.