Por: Alicia Molina. Alas y Raíces. 05/06/2025
Introducción
En los últimos años las personas con discapacidad han empezado a tener presencia y visibilidad en la vida social de México. El silencio social que mantenía aislados o segregados en grupos especiales a los niños y jóvenes con discapacidad empieza a romperse, se ha dado inicio a un movimiento en que ellos mismos, sus aliados y sus organizaciones están asumiendo un papel protagónico en la lucha por sus derechos.
Este movimiento, que se ha dado tanto a nivel internacional como nacional, se concreta en la firma y ratificación de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. La afirmación legal de sus derechos es apenas un primer paso para llegar a su ejercicio pleno.
Los derechos que son de todos, para ser también de quienes tienen una discapacidad, requieren el compromiso de toda la sociedad para abatir las barreras que los segregan y discriminan y para crear espacios de inclusión que reviertan los procesos de exclusión abierta o encubierta que los mantiene separados y etiquetados por su diferencia.
En el terreno de lo cultural hay tres retos fundamentales que encarar:
- Generar y difundir en todos los espacios sociales una cultura de aceptación de la diversidad.
- Dar acceso a las personas con diferentes discapacidades a todas las manifestaciones del arte y la cultura que están disponibles para el resto de la población.
- Ofrecer a los niños, niñas y jóvenes con discapacidad la oportunidad de explorar los lenguajes artísticos y de desarrollar sus talentos expresivos y creativos a través del arte.
La intención de esta breve guía es invitar a la reflexión sobre los mecanismos sociales que han sido tan eficientes para excluir a las personas con discapacidad. Sólo desmontando, deconstruyendo estos mecanismos podemos encontrar estrategias igualmente eficaces para incluirlos en la vida social que es de todos y para darles la oportunidad de aportar a los demás eso único y especial que cada persona tiene para compartir y para enriquecer nuestra cultura.
Perderle el miedo a la diferencia, empezar a valorarla como algo que nutre y hace más compleja y rica nuestra interacción social y nuestra cultura es algo que beneficiará no sólo a las personas con discapacidad sino a todos los que participen de esta aventura. Ese es el objetivo fundamental de esta propuesta, abrir puertas.
Desde luego, somos conscientes de que los maestros y facilitadores que se animen a promover la inclusión a través del arte requerirán apoyos y técnicas diversas que van mucho más allá lo que aporta este breve texto. Nuestro propósito fundamental es convocar y animar al lector a reflexionar y empezar a actuar en sintonía con un proyecto que le dé su lugar a los niños, niñas y jóvenes con discapacidad en los espacios destinados al arte y la cultura y empezar así a construir las alianzas con padres, maestros y especialistas, a quienes se puede recurrir para resolver los retos específicos que se vayan presentando en el camino de construir un mundo para todos.