Por: Jorge Llorente Bousquets. Biblioteca Digital ILCE. 13/11/2025.
El Repositorio Pedagógico DGEPE, es un espacio donde se compendian diversos materiales para acompañar los procesos formativos de niñas y niños que cursan su educación primaria. Estos Recursos Educativos son diseñados por diversas instancias gubernamentales y públicas.
EPÍGRAFE
Por un principio suyo empezaremos: ninguna cosa nace de la nada; no puede hacerlo la divina esencia: aunque reprime a todos los mortales el miedo de manera que se inclinen a creer producidas por los dioses muchas cosas del cielo y de la tierra, por no llegar a comprender sus causas. Por lo que cuando hubiéremos probado que de la nada nada puede hacerse entonces quedaremos convencidos del origen que tiene cada cosa; y sin la ayuda de los inmortales de qué modo los seres son formados. Porque si de la nada fuesen hechos, podría todo género formarse de toda cosa sin semilla alguna. Los hombres de la mar nacer podrían, de la tierra los peces y las aves, lanzáranse del cielo los ganados, y las bestias feroces como hijos de la casualidad habitarían los lugares desiertos y poblados: los mismos frutos no daría el árbol, antes bien diferentes los daría: todos los cuerpos produjeran frutos; pues careciendo de principios ciertos, a las cosas ¿qué madre señalamos? Pero es porque los seres son formados de unas ciertas semillas de que nacen y salen a la luz en donde se hallan sus elementos y primeros cuerpos: por lo que esta energía circunscribe la generación propia a cada especie. La doctrina fundamental. De la naturaleza de las cosas TITO LUCRECIO CARO (99-55 a.C.)
PRÓLOGO
La necesidad de clasificar a los seres vivos siempre ha sido una preocupación importante de las culturas y civilizaciones, y se ve reflejada en la enorme riqueza de términos zoológicos y botánicos del vocabulario de los lenguajes y dialectos hablados por varias etnias y culturas. Lo cual se debe, precisamente, a que las clasificaciones constituyen sistemas de palabras y símbolos que denotan conceptos y, en el campo de la biología tratan de ofrecer un estimado de la diversidad, las relaciones y la organización de la vida.
El hombre y las sociedades que forma han tenido que reconocer su entorno biótico y describir sus discontinuidades, a la vez que denominar cada una de las unidades que componen la diversidad de los seres vivos, para así formular un arreglo clasificatorio de los organismos.
Los fundamentos aplicados a las clasificaciones biológicas han variado notablemente a lo largo de la historia; de acuerdo con algunos investigadores en función de las creencias, religión o cosmovisión, en el caso del hombre precientífico, o bien, de acuerdo con las concepciones de la especie y sus atributos, de las teorías acerca de la historia evolutiva de los organismos, del reconocimiento de patrones bióticos y de la necesidad de clasificar fenómenos, procesos, acontecimientos y características de los seres vivientes, esto ya en tiempos más “modernos” o postlinneanos. En ambos casos, las filosofías prevalecientes han desempeñado un papel muy importante, como marcos de referencia de esas clasificaciones.
En las últimas décadas, parece haberse alcanzado un mejor entendimiento de lo que las clasificaciones de los organismos han sido y deben ser con respecto a sus estructuras, funciones y propiedades; también en cuanto a sus usos y a la necesidad como patrón de referencia fundamental en las ciencias biológicas. Además, hay un conocimiento mayor de la sistemática y/o taxonomía de las especies, lo que significa un mejor entendimiento de los atributos biológicos de los organismos o grupos de ellos y de su historia evolutiva (filogenia).
Lo anterior ha venido acompañado de grandes avances tecnológicos en las herramientas taxonómicas, tanto de aquellas que nos permiten reconocer variados y complejos caracteres o propiedades de los organismos, más allá de la macromorfología tradicional, por ejemplo: morfofisiología, técnicas bioquímicas o de biología molecular para el estudio de macromoléculas, microscopio electrónico, estudios finos de embriología, ecología y etología, como de aquellas herramientas que nos permiten un manejo tremendamente expedito y ágil de la dispersa información recabada, por ejemplo: computadoras y construcción de enormes colecciones de ejemplares en museos o instituciones de investigación que incluyen una amplia representación geográfica y estacional de poblaciones y especies.
Por otra parte, en las últimas tres décadas el debate de innumerables aspectos emprendidos por las tres escuelas de taxonomia biológica contemporánea ha permitido grandes avances en el esclarecimiento de los fundamentos, conceptos y métodos de las clasificaciones biológicas, a saber: 1) Taxonomía fenética, numericista o neoadansoniana. 2) Taxonomía filogenética, genealogista o cladista. 3) Taxonomía evolucionista, filista, gradista o tradicional
Las tres escuelas taxonómicas han transformado la sistemática biológica y su repercusión abarca, en mayor o menor grado, a todas las disciplinas biológicas; pero, sin duda, el descubrimiento de algunos de los fundamentos de las taxonomías folk contribuyó sobremanera a la historia de la taxonomía de las ciencias biológicas, al ver en las clasificaciones de Linneo —el padre de la taxonomía moderna— los mismos principios y una categorización jerárquica similar a la de aquéllas de las culturas mayas estudiadas por Berlin, Breediove, Raven y Barrera.
En este libro se pretende ofrecer un panorama breve, una visión histórica del quehacer de la taxonomía biológica contemporánea; por ello se tratan algunos rasgos sobresalientes de su historia, sus funciones, necesidades, herramientas técnicas y de análisis, así como sus propiedades, la polémica y aspectos del debate reciente.
